martes, 6 de diciembre de 2016

EL PELIGRO DEL DESEQUILIBRIO


En más de  una ocasión encontramos que los extremos cuando no son sobre verdades absolutas son peligrosos. Pablo es un defensor del estudio de la escritura(1 Tim.4:13; Col.3:16;2Tim.2:15;2Tim3:16-17), pero también hace relevante la vida que proporciona el espíritu.  De allí la importancia de este texto bíblico: “porque La letra mata más el espíritu vivifica “(2 Cor 3:6b).  El ya fallecido pastor  Davis Wilkerson, expuso en una ocasión que uno podía saber si el predicador había estado con Dios antes de la predicación.  Muchos de nosotros los predicadores podemos caer en este error de pasar más tiempo en la preparación del sermón que dedicarnos más tiempo con Dios.  La acción de una de estas actividades no debe minimizar a la otra. Por el contrario lo espiritual da como resultado la preparación de un sermón sazonado por la voz del Espíritu de Dios.  Los judíos quienes atacaron el ministerio del Apóstol pablo Vivian bajo la letra de la ley, en cambio él era un ministro competente por la provisión divina, ahora era un ministro del espíritu. Muchos hombres de Dios han llegado a la conclusión que palabra y espíritu de Dios es lo mismo, Jesús dijo en  Juan 6:63 El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida. Muchos hermanos de otras denominaciones cristianas critican a los que se preparan académicamente y los que se preparan académicamente señalan de ignorantes a estos hermanos que se dedican a orar mucho pero poca capacitación.  Ambos extremos son peligrosos, es más conveniente prepararnos en la palabra y en lo espiritual púes ambas cosas son lo mismo. El Espíritu usa la palabra y la palabra es el Espíritu de Dios hablando a la Iglesia. En fin no te vayas al extremo, usemos la palabra con preparación espiritual, ambos recursos divinos son necesarios. H.Gonzàlez.

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