EL PELIGRO DEL
DESEQUILIBRIO
En más de una ocasión
encontramos que los extremos cuando no son sobre verdades absolutas son
peligrosos. Pablo es un defensor del estudio de la escritura(1 Tim.4:13;
Col.3:16;2Tim.2:15;2Tim3:16-17), pero también hace relevante la vida que
proporciona el espíritu. De allí la
importancia de este texto bíblico: “porque La letra mata más el espíritu
vivifica “(2 Cor 3:6b). El ya fallecido
pastor Davis Wilkerson, expuso en una
ocasión que uno podía saber si el predicador había estado con Dios antes de la
predicación. Muchos de nosotros los
predicadores podemos caer en este error de pasar más tiempo en la preparación
del sermón que dedicarnos más tiempo con Dios.
La acción de una de estas actividades no debe minimizar a la otra. Por
el contrario lo espiritual da como resultado la preparación de un sermón
sazonado por la voz del Espíritu de Dios.
Los judíos quienes atacaron el ministerio del Apóstol pablo Vivian bajo
la letra de la ley, en cambio él era un ministro competente por la provisión
divina, ahora era un ministro del espíritu. Muchos hombres de Dios han llegado
a la conclusión que palabra y espíritu de Dios es lo mismo, Jesús dijo en Juan 6:63 El
espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las
palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.
Muchos hermanos de otras denominaciones cristianas critican a los que se
preparan académicamente y los que se preparan académicamente señalan de
ignorantes a estos hermanos que se dedican a orar mucho pero poca
capacitación. Ambos extremos son
peligrosos, es más conveniente prepararnos en la palabra y en lo espiritual
púes ambas cosas son lo mismo. El Espíritu usa la palabra y la palabra es el
Espíritu de Dios hablando a la Iglesia. En fin no te vayas al extremo, usemos
la palabra con preparación espiritual, ambos recursos divinos son necesarios. H.Gonzàlez.
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