EL ERROR DE UN LIDER
Una sola
equivocación puede hacer que nuestro liderazgo se venga abajo. Las personas que
guían el rebaño del Señor siempre deben ir unos cuantos pasos hacia delante.
Las situaciones conflictivas que llegan a surgir en el ministerio que
realizamos para el Señor, tarde o temprano harán aparición. Es en ese momento crítico, cuando debemos dar
una respuesta. No podemos indicar que Moisés dejo de orar por el pueblo, porque
ante cada situación que se le presentaba señala la escritura que postraba sobre su rostro y a su lado
Aarón su hermano y compañero de
ministerio. En más de una ocasión
durante la travesía del desierto Moisés intercedió por el pueblo, para que Jehová
no los castigara. Cuando pidieron comida
y hasta cuando se cansaron del menú del Mana, volvió a clamar a Dios por
ellos. Pero en el caso del agua que sale
de la Roca, encontramos que es la
segunda ocasión que Moisés se le
presenta una situación similar, la primera en Refidim (Ex.17) en el desierto de
Sin y ahora en Cades en el desierto de Zin, en ambos casos el problema es la
falta de agua. Moisés y Aarón de nuevo
se postraron sobre sus rostros y buscaron una respuesta de parte de Dios. En esta segunda ocasión (Num.20) Dios
cambia su metodología o manera de proceder al dar sus instrucciones, ahora no dijo que golpeara la
Roca y mucho menos dos veces, solo tenía que hablar a la Roca para que saliera Agua. Dios sólo quería que ellos
usaran la palabra que les había dado y el milagro ocurriría como en efecto
sucedió. El error de este líder de Dios puede ser visto
como el de un hombre muy humano que llegó al límite o al colmo, o simplemente
perdió la paciencia. Cuando vemos las circunstancias de esta manera hasta justificamos
la conducta de Moisés, pero el error de estos dos líderes fue buscar la gloria
para sí mismo destruyendo la roca, cuando era un acto para dedicar o reconocer la
palabra de Dios ante el pueblo o su presencia.
El Señor lo único que quería de Moisés en esta situación, era que
obedeciera haciendo las cosas a la
manera de El y no a la de ellos, ni siquiera que copiaran una experiencia
similar en la historia del pueblo hebreo, pero su error como líder y de cualquier líder en el día de hoy ,
que incluso busque el rostro del Señor continuamente, es actuar a nuestra manera y no actuar a la manera de Dios.
Equivocación
que se agrava al usar la misma
metodología usada en Refidim (Ex. 17:1-7) donde Dios dijo que golpearán la
Roca, Dios no cambia, pero las maneras de actuar pueden ser diferentes en
sitios distintos. Error que cometemos
muy seguido al copiar modelos de otros contextos o situaciones parecidas.
Es bueno que revisemos los
procedimientos que utilizamos hoy día en el ministerio, para someterlos a la
balanza de las actuaciones y directrices divinas.
Dios nos ayude a obedecer, actuando a la manera de Dios, porque nos
evitaríamos las consecuencias del error
y traeríamos bendición a la grey del Señor. (Num.20:1-13) Bendiciones. H.Gonzàlez.